La producción teatral contemporáneo en España de 2025

Un año de reencuentro con el teatro de texto y el repertorio

El año 2025 se presenta como un período de reencuentro con el teatro de texto y el repertorio, marcando una tendencia clara en la programación teatral española. Este retorno a las raíces literarias y a los grandes nombres de la dramaturgia se refleja en una cartelera que, aunque desequilibrada en términos de innovación, promete grandes momentos para los amantes del teatro clásico y contemporáneo.

La vuelta a los clásicos y la recuperación de voces olvidadas

Uno de los aspectos más destacados de la temporada teatral de 2025 es la recuperación de voces femeninas olvidadas y la reivindicación de autores clásicos. Este enfoque no solo busca atraer a mayores audiencias, sino también revalorizar el patrimonio literario y teatral de España.

Entre las obras más esperadas se encuentran adaptaciones de Carmen Martín Gaite, Luisa Carnés y Luis Martín Santos, autores cuyas obras han sido llevadas a escena con gran éxito. Por ejemplo, la adaptación de Caperucita en Manhattan de Carmen Martín Gaite, dirigida por Lucía Miranda en el Teatro de la Abadía, y la puesta en escena de Natacha de Luisa Carnés en el Teatro Español, bajo la dirección de Eduardo Vasco.

La presencia de grandes nombres y producciones internacionales

La programación de 2025 también se caracteriza por la presencia de grandes nombres del teatro internacional. La colaboración entre el director del Festival de Aviñón, Tiago Rodrígues, y la Comédie-Française en la obra Hécube, pas Hécube, es un claro ejemplo de ello. Esta obra, que entrelaza la tragedia del mito con la realidad, se presentará en los Teatros del Canal en enero.

Además, la visita de Toni Servillo a la Compañía Nacional de Teatro Clásico y la colaboración entre Marta Pazos y el uruguayo Gabriel Calderón en El público de Federico García Lorca en el Teatre Lliure, son muestras de la apuesta por la calidad y el prestigio en la cartelera teatral.

El teatro novela: una nueva tendencia

Otra tendencia que se consolida en 2025 es el teatro novela, que adapta obras literarias a la escena teatral. Esta tendencia no solo busca atraer a un público más amplio, sino también reivindicar la literatura como fuente de inspiración teatral.

Un ejemplo de ello es la adaptación de Ana Karenina de Tolstói, dirigida por Carme Portaceli en el Teatre Nacional de Catalunya, con Ariadna Gil como protagonista. Esta obra, junto con otras adaptaciones literarias, forma parte de una estrategia para recuperar voces femeninas olvidadas y reivindicar su lugar en la historia del teatro.

La creación contemporánea: un espacio reducido pero significativo

Aunque 2025 no será el año del riesgo ni de la nueva dramaturgia, existen espacios para la creación contemporánea. El Centro Dramático Nacional (CDN) y la Nave 10 de Matadero de Madrid son algunos de los lugares donde se podrán ver nuevas propuestas teatrales.

Entre las obras contemporáneas más destacadas se encuentran Los nuestros de Lucía Carballal, La patética de Miguel del Arco y Los brutos de Roberto Martín. Estas obras, aunque minoritarias en la programación general, representan una apuesta por la innovación y la experimentación en el teatro contemporáneo.

La danza y el teatro documental: pequeños resquicios para la innovación

La danza y el teatro documental también tendrán un espacio en la programación de 2025, aunque de manera reducida. La presencia de Angélica Liddell en el Teatre Nacional de Catalunya con Vudú (3318) Blixen y la obra Blaubeeren / M. de Sergio Peris-Mencheta en los Teatros del Canal, son muestras de ello.

Estas propuestas, aunque escasas, representan un respiro para la creación contemporánea y una oportunidad para explorar nuevas formas de expresión artística.

En resumen

La producción teatral contemporánea en España de 2025 se caracteriza por un retorno a los clásicos y una recuperación de voces olvidadas, con una presencia significativa de grandes nombres y producciones internacionales. Aunque la innovación y la creación contemporánea tienen un espacio reducido, existen propuestas que buscan explorar nuevas formas de expresión artística.

Este panorama, aunque desequilibrado, ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del patrimonio literario y teatral, así como sobre la necesidad de apoyar la creación contemporánea para mantener la salud escénica del país.